La felicidad de un PADRE

 

Hoy no voy a hablar del programa PADRE, aunque estemos en campaña y éste año ya no esté disponible. Hoy voy a hablar de mi hijo, un post personal, desafiando las reglas de Google, del posicionamiento y del propio propósito de este blog.

 

Hoy es su cumple, once años juntos ya, mi fiel amigo, mi inseparable compañero de viaje, mi diamante en bruto, un trabajo de pulido constante, el que me da fuerza en los malos y en los buenos momentos. Él irrumpió en mi vida desde mucho antes de nacer, al ver y escuchar su corazón latir en una ecografía, algo inexplicable con palabras.

Hace años, y al poco de ser padre, tomando algo con un conocido, le vi tatuado un nombre de chica en su pierna, y le pregunté si era el de su mujer, a lo que me contestó: mira Jero, una mujer puede que sea para toda la vida o puede que no, una hija/o es para siempre, es el nombre de mi hija. En ese momento, empecé a comprender la importancia de ser PADRE.

Bueno, David, este post, va para ti… gracias por ser cómo eres, por hacernos más sencilla la tarea de ser padres, a tu madre y a mí… sigue así!! Muchas felicidades! Te queremos.

 

Jerónimo Bautista Blasco

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