Las cookies informáticas son pequeños archivos que permiten monitorizar nuestra actividad en Internet, enviando información a servidores publicitarios.
La capacidad de las cookies informáticas (galletitas informáticas) para monitorizar nuestra actividad en la red reside en:
Si aceptamos el uso de estas, cada vez que yo regrese a una página web, mi navegador le enviará todas las cookies que la propia página web me dejó anteriormente.
De esta manera sabe que soy yo quién ha vuelto a la página web.
Igualmente, si visito otra página web acto seguido, aceptando el uso de cookies, el servidor publicitario utilizado, sabrá que vengo de la otra página web.
El hecho de que estos sistemas sepan esta información sobre nosotros no parece, hasta aquí, demasiado importante.
La amenaza a nuestra intimidad surge cuando se relacionan estos datos de navegación con otros personales:
Si relleno un formulario con mis datos personales, el servidor publicitario, sabrá que quien lee esos periódicos soy yo.
Sabrá que no me interesa la Economía porque apenas visita esas páginas, pero si el deporte, por ejemplo.
Sabrá también, por la posibilidad de geolocalizar la IP con la que me conecto, que habitualmente me encuentro en Madrid.
Pero, además, si en cualquier página de las que se conecta al servidor publicitario, acepto, consciente o inconscientemente, el permiso de compartir mi ubicación, conocerá con exactitud las coordenadas de mi domicilio, o de mi trabajo, etc.
Aceptar las cookies sin leer su política ni personalizarlas, nos expone a que estos sistemas nos conozcan y nos clasifiquen, gracias a toda nuestra información que les permitimos utilizar.
Fuente: elpais.com
