Óptimo de Pareto

El concepto conocido como Óptimo de Pareto en Economía, lo definió el economista, político y sociólogo italiano Vilfredo Pareto (1848-1923), como: aquella situación en la cual se cumple que no es posible beneficiar a un agente económico sin perjudicar a otro.

El Óptimo de Pareto se basa en criterios de utilidad: si algo genera o produce provecho, comodidad, fruto o interés sin perjudicar a otro, despertará un proceso natural de optimización que permitirá alcanzar un punto óptimo, conocido como Óptimo de Pareto.

Por lo tanto, si un individuo que forme parte del sistema de distribución, producción y consumo puede mejorar su situación sin perjudicar a otro, nos encontraremos en situaciones no óptimas en el sentido de Pareto.

Hay que resaltar que el óptimo paretiano, no es sensible a los desequilibrios e injusticias en la asignación de recursos, conocidos como dotación inicial, sean estos factores, bienes o servicios.

Por ejemplo, en una situación en la que los recursos sean 10 unidades de un bien, y se distribuyan para su consumo entre dos individuos, se podrían obtener 10 óptimos distintos de Pareto, con independencia de la justicia de tal asignación.

Son óptimos de Pareto tanto una distribución del tipo 10 a 0, como otra del tipo 5 a 5, ya que una vez asignados en ambos casos, para mejorar la situación de un individuo, irremediablemente se empeoraría la situación del otro, al tener que ceder una de las unidades del bien o servicio (aunque el primero parta de 0 y el último de 10).

 

 

Utilizando el análisis de las curvas de indiferencia, Vilfredo Pareto fue uno de los primeros economistas que buscó determinar científicamente dónde se encontraba el mayor bienestar alcanzable de una sociedad.

La solución que encontró Pareto puede parecer simple, pero es de enorme profundidad: la máxima prosperidad común se obtiene cuando ninguna persona puede aumentar su bienestar en un intercambio, sin perjudicar a otra.

Basta, por lo tanto, que exista una posibilidad de intercambio en que dos personas ganen para demostrar que ése no es el punto de máxima utilidad que se podría alcanzar.

Según el óptimo de Pareto, el único criterio de mejoría social es que, una situación alternativa sería mejor, si el cambio aumentara la utilidad de algunos, sin disminuir la de otros.

Sin embargo, las críticas al utilitarismo se centran en el hecho de que las comparaciones interpersonales de utilidad no tienen bases científicas.

El óptimo de Pareto es una herramienta de trabajo que se emplea en los procesos de negociación y en la teoría de juegos, porque ofrece, dentro de sus límites, parámetros claros de decisión.

Pero esto no quita que sea cuestionado por otros economistas, ya que el Óptimo de Pareto no dice nada sobre la ética y la justicia.

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